INGREDIENTES:
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- 125 g de almendras crudas molidas.
- 100 g de harina para bizcochos.
- 75 g de maizena.
- 75 g de coco rallado.
- 200 ml de leche de soja.
- 125 g de azúcar morena.
- 125 g de mantequilla.
- 2 huevos.
- 1 cuch. pequeña de jengibre en polvo.
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Para la cobertura:
- 125 ml de nata vegetal.
- 300 g de chocolate blanco troceado.
- 70 g de almendras en cubitos.
- Guindas en almíbar para decorar.
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- Se mezclan la harina, el coco, la maizena, el azúcar morena, las almendras molidas, los huevos, la leche, la mantequilla derretida y el jengibre en polvo. Se bate todo muy bien con una varilla hasta formar una mezcla homogénea.
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- Se forra un molde redondo con papel sulfurizado para hornear y se echa toda la masa dentro.
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- Se introduce en el horno, precalentado, a 170º C durante unos 40 minutos.
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- Se comprueba que el bizcocho esté bien cocido y dejamos enfriar en una rejilla.
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- Se prepara la cobertura de chocolate blanco: echamos la nata vegetal en un cacillo y se coloca al fuego hasta que empiece a hervir. La vertemos en un cuenco en el que tenemos el chocolate blanco troceado y removemos con una cuchara de madera hasta que el chocolate se funda.
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- Se tapa el cuenco con un papel film y se mete en la nevera durante una 1/2 hora, hasta que adquiera la consistencia necesaria para poder untar la cobertura sobre la tarta.
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- Se unta la cobertura sobre el bizcocho con ayuda de una espátula o cuchillo ancho, repartiendo de forma homogénea.
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- Se decora al gusto. Nosotros lo hemos hecho con almendras a cubitos (que previamente habíamos tostado un poco), por los laterales y con unas guindas en almíbar por la parte superior.
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Al preparar esta tarta intentábamos reproducir una que habíamos probado un par de veces en una cafetería de aquí y que nos había encantado. Nos basamos en varias recetas parecidas que encontramos en algunos libros de repostería y añadimos algún toque personal (como lo del jengibre, la leche de soja y la nata vegetal).
El resultado no era totalmente como la que habíamos probado, pero no le tenía mucho que envidiar y quedamos muy, muy satisfechos.
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