sábado, 23 de mayo de 2009

TORTILLA DE LECHUGAS CON PATÉ DE ZANAHORIAS (DE NUESTRO HUERTO).

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Todas las fotos se pueden agrandar.

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Esta va a ser nuestra segunda contribución al HEMC 33:
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hemc 33 - piensa globalmente come localmente
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Nuestra intención ha sido preparar una receta con productos de nuestro modesto huerto; pero como lo acabamos de sembrar hace poquito, hemos echado mano de lo que habíamos sembrado en otoño. Po ejemplo, estas zanahorias:

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1ª PARTE:

Pensamos elaborar un paté a base de zanahorias, así que escogimos unas cuantas y, junto con el resto de ingredientes, procedimos a su preparación.

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INGREDIENTES DEL PATÉ:
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- 1 manojo de zanahorias tiernas.
- 60 g de almendras peladas.
- 1 cuch. grande de comino.
- 1 cuch. grande de zumo de limón.
- 1 cuch. grande de vinagre de Jerez.
- Aceite de oliva y sal. -
- PREPARACIÓN:
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- Se lavan muy bien las zanahorias y se cortan en trocitos. No hizo falta pelarlas, ya que eran pequeñas y muy tiernas.
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- Las colocamos en el interior de una vaporera de bambú (usamos los dos pisos, aunque se podían haber dejado en uno solo), encima de un cazo con dos dedos de agua, que se lleva a ebullición. En unos 10 minutos estaban absolutamente tiernas.
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- Mientras, hemos ido pelando y tostando las almendras. Las hemos puesto en un mortero, con un poco de sal, y hemos ido majando. Si queremos que queden totalmente como una harina, que hará que espese más el paté, podemos pasarlas por un molinillo eléctrico. .
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- En una sartén con unas gotas de aceite, tostamos el comino. Con todo el resto de los ingredientes, lo pasamos por la batidora. .
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- El limón, el vinagre y la sal, se irán añadiendo al gusto, según se va probando. -
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Ya está listo. Así que lo podemos dejar un ratito en el frigorífico mientras elaboramos la
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2ª PARTE:
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Para hacer una tortilla, mientras no se invente otra cosa, hacen falta huevos. Y para éstos, necesitamos gallinas. Allí, al lado de nuestro huerto, está el gallinero. La peque pequeña Lucía se encargó de hacer de reportera. Además de su dedito, arriba a la izquierda, podemos apreciar al fondo un par de nuestros ejemplares: la Dálmata y Copito de Nieve, que no conocen el pienso ni en pintura.
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Habíamos oído hablar muchas veces de las tortillas de lechuga, aunque nunca las probamos. Y como era el momento de "entresacar" (clarear un poco para que engorden) las nuestras, pues con las baby-lechugas que obtuvimos, nos dispusimos a la tarea. .
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INGREDIENTES DE LA TORTILLA:
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- 5 ó 6 brotes pequeños de lechugas.
- 3 huevos.
- Una cebolleta (también del huerto).
- 3 tomates secos (ver entradas anteriores).
- Aceite de oliva y sal. -
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PREPARACIÓN:
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- Lavamos muy bien los brotes de lechuga y se cortan en trozos pequeños. Se les da un hervor, junto con los tomates secos troceados (que así se van hidratando).
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- Se escurren y mientras vamos pochando la cebolleta cortada en trozos pequeños. A ésta, le añadimos la lechuga con los tomates. Se deja cocer unos 5 minutos. .
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- Batimos los huevos y les añadimos la mezcla de verduras. Y se procede a hacer la tortilla (esto todo el mundo sabe cómo es ¿no?). A nosotros nos gusta doradita por fuera y jugosita por dentro; pero eso es un mundo... .
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Nos ha resultado una mezcla bastante agradable y equilibrada de sabores. El tomate, además de aportar un toque de color extra, también aporta su peculiarímo sabor, que contrasta con la dulzura de la cebolleta y la finura de la lechuga (mucho más suave que las acelgas, por ejemplo).
Y la combinación del sabor con el paté (algo dulce), resulta también muy atractiva y satisfactoria. Y más teniendo en cuenta que la mayoría de los productos son de cosecha propia (lechugas, cebolleta, huevos, zanahorias, almendras, limón), y otros de terrenos muy cercanos.
Resaltaremos también el uso de la técnica de cocción con la vaporera de bambú, de origen tan lejano y que da tan mágníficos y sanos resultados. -
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Dedicado a nuestra querida Cibercuoca, que
ha de estar cocinando para los ángeles.
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domingo, 17 de mayo de 2009

TOMATES SECOS ENTEROS (REPORTAJE).

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Ante las peticiones de algunos de vosotros respecto al método de secado o deshidratación que habíamos seguido con los tomatitos de nuestra anterior receta, la de la "Cazuela de espárragos silvestres", hemos decidido dar entrada a un reportaje con amplia ilustración gráfica sobre este método.
Nos hemos basado, como hacemos también con muchas de nuestras recetas, en una mezcla de varios encontrados en internet y de lo que oímos por aquí y por allá, adaptándolo a nuestros gustos, necesidades y posibilidades.
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Eso sí, hemos tenido que recurrir a la compra de unas ramitas de tomates de los redonditos, ya que los nuestros, ahora mismo están recién sembrados y hasta julio no veremos los frutos.
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- Paso 1: Se escogen los tomates que estén rojos sin estar blandos, se desprenden de la rama y se quita el cáliz. Se lavan bien, se secan y se cortan por la mitad, dejando en un lado lo que era la unión con la rama y en otra el "culo". Se procura dejar un punto sin cortar entre las dos mitades.
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- Paso 2: Procedemos a la extracción de las semillas y de la mayor parte de la pulpa (que podemos guardar para usar en algún plato). Se puede realizar con una cuchara normal de postre o con un sacabolas.
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- Paso 3: Los disponemos en una bandeja cubierta con papel absorbente y añadimos sal gorda en los huecos, para que ayude a la absorción de líquidos. .
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- Paso 4: Los exponemos al sol todas las horas que nos sea posible y les vamos dando vueltas para que el secado sea homogéneo y se les vacía el líquido que van soltando. .
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- Paso 5: Si vemos que queda mucha sal dentro, se le sacude un poco el sobrante. .

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- Paso 6: A partir del tercer día (según la cantidad de sol que hayan recibido), se vuelven a cerrar las dos mitades que ya están más flexibles y fáciles de manejar. .
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- Paso 7: Se colocan dentro de una rejilla de plástico (ver fotos) y se siguen poniendo un día más al sol, dándoles la vuelta cada poco tiempo y con algo de peso a los lados de la rejilla para que las dos mitades de los tomates se queden unidas. -
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- Las horas que no son de sol, durante todo el proceso, es conveniente guardarlos en algún lugar del interior de la casa, para que no cojan nada de la humedad de la noche. .
- Los tomates han de quedar en un punto deshidratado pero no "tiesos", sino algo flexibles.
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- Es asombroso el aroma que desprenden estos tomates y la cantidad y calidad del sabor que dejan luego en los platos en que se usan. Merece la pena y es entretenido este procedimiento.
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- Hay quien los conserva metidos en aceite de oliva con algunas hierbas aromáticas (albahaca, orégano...). Nosotros no hemos probado esta parte del proceso; simplemente los almacenamos en tarros herméticos y vamos gastando. -
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miércoles, 6 de mayo de 2009

CAZUELA DE ESPÁRRAGOS SILVESTRES.

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(Click para ver más de cerca) .

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El domingo pasado salimos a dar un paseo por el campo y es costumbre, por estas fechas primaverales, echarse una navajilla al bolsillo y patear los encinares de nuestra Serranía rondeña en busca de espárragos silvestres, de sabor amargo, rico, potente...

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Por lo avanzada que está ya la estación, temimos no encontrar muchos. Pero sí. Después de algo más de una hora, habíamos reunido un buen manojo y nos decidimos a preparar con ellos un plato para este HEMC tan interesante.

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hemc 33 - piensa globalmente come localmente

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Tras las deliberaciones pertinentes, pensamos en adaptar una antigua receta de "Sopa de espárragos frescos" recogida en un recetario de cocina tradicional de esta zona, dándole algunos retoques personales.

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INGREDIENTES:

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- Un buen manojo de espárragos silvestres (aprox. 1/2 kg).

- 4 dientes de ajo (de nuestro huerto).

- 1/4 litro de aceite de oliva (de la localidad).

- 5 ó 6 rebanadas de pan casero (usamos de soja y de cereales).

- 2 huevos (de nuestras gallinas).

- 1/4 litro de caldo casero caliente.

- 3 tomates secos (de nuestro huerto).

- 4 ó 5 choricitos pequeños cocidos al vino (de la zona).

- Unos brotes de hierbabuena fresca (cosecha propia).

- Nueces (de nuestros nogales).

- Sal.

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PREPARACIÓN:

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- En una cazuela de barro ponemos el aceite al fuego. Cuando esté caliente, le añadimos los ajos picaditos hasta dorarlos.

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- En ese momento se le agregan los espárragos cortados a trocitos, dejándolos rehogar unos minutos a fuego lento.

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- Añadimos los tomates secos cortados en trocitos, dando unas vueltas para que se vayan hidratando y soltando su sabor.

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- A continuación se le agrega el pan cortado en rebanaditas finas y le seguimos dando unas vueltas para que se vayan integrando los sabores.

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- Seguidamente, echamos a la cazuela los choricitos cortados en trozos pequeños y, a continuación, agregamos el caldo caliente.

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- Cuando alcance el punto de hervor, le colocamos unos brotes de hierbabuena fresca y le añadimos un par de huevos, que se dejarán cuajar a fuego lento.

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- Se prueba y, si se desea, se le añade una pizca de sal. Se retira del fuego y se le echan unas nueces troceadas, que aportan un rico y crujiente contraste. ¡Y listo!

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