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El bacalao es uno de los platos tradicionales de Semana Santa y aunque no somos nada seguidores de "mandatos" en cuanto a lo religioso-culinario se refiere, de vez en cuando preparamos esta receta en recuerdo de la abuela Teresa, que tan buena la hacía. Eso sí: sustituyendo la guindilla por pimientos del piquillo, que también teníamos que comer los que éramos niños. Va por ella...
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-INGREDIENTES:
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- 1 Kg de bacalao desalado cortado en trozos.
- 1 lata de pimientos del piquillo.
- Una docena de dientes de ajo hermosos.
- Aceite de oliva virgen extra (1/2 l aprox.)
- Perejil para decorar.
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-PREPARACIÓN:
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- Unos 3 días antes tenemos que ir colocando los trozos de bacalao, cubiertos de agua, en un recipiente cerrado en la parte baja de la nevera e irle cambiando el agua por la mañana y por la noche; no la eliminamos toda: dejamos cada vez un restito para que conserve más el sabor.
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- Llegado el día de autos, lo suyo es disponer de una cazuela de barro, en la que echamos el aceite de oliva y confitamos los ajos a los que previamente les hemos dado un corte. Apartamos y reservamos.
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-- A continuación cortamos los pimientos del piquillo por la mitad (reservando el caldito de la conserva) y los confitamos en el mismo aceite de los ajos. También se apartan y reservan.
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- Ya tenemos el aceite con el aroma de los ajos y los pimientos; en él colocamos los trozos de bacalao con la piel hacia abajo. Dejamos calentar a fuego bajo durante unos 10 minutos. Es una cocción sin llegar a freír, donde el bacalao va soltando su jugo.
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-- Apartamos del fuego y vamos moviendo el recipiente en forma rápida y circular (sobre un paño de cocina para que resbale mejor) y así empieza a mezclarse el aceite con el jugo que va soltando el bacalao, creándose una emulsión de color amarillo blanquecino. Este movimiento es clave para el buen resultado del plato.
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- Cuando se enfría, volvemos a poner sobre el fuego y así vamos repitiendo el proceso las veces que haga falta hasta que el aceite adquiera la textura deseada.
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-- Cuando esté casi hecho, añadimos los ajos y los pimientos del piquillo confitados que habíamos reservado, así como el jugo de éstos. Seguimos con los movimientos del paso anterior, hasta que estos ingredientes se "integren" con el bacalao y la emulsión.
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- En total, desde que colocamos al fuego los trozos de bacalao, puede pasar una 1/2 hora, en la que hemos ido alternando movimientos circulares y fuego lento. Sabremos que ya está en su punto cuando se empiecen a desprender las láminas del bacalao y la salsa esté espesita y homogénea.
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- Apartamos, adornamos con un poco de perejil fresco y a degustar calentito.
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