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El pasado fin de semana, aprovechando el buen tiempo, nos fuimos de campo y de "recolección silvestre". Ya hemos puesto aquí con anterioridad alguna receta con ajos porros. Pero ahora, además, añadimos otro ingrediente silvestre de un finísimo sabor y cuya temporada acaba de comenzar, prolongándose hasta bien entrada la primavera: la colleja.
Le dedicamos (no una colleja, sino esta deliciosa tortilla), a nuestra amiga Adi, del blog "Pan y varios". Con cariño: cocina para tiempos de facturas desbocadas.
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Por sí sola está muy rica, especialmente en tortilla. Con el sabor añadido y delicado también del ajo porro, ya hay que descubrirse.
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INGREDIENTES:
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- 150/200 g de brotes de collejas.
- 8/10 ajos porros.
- 4 huevos (cosecha propia).
- Aceite de oliva y sal.
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Estos no son los huevos que utilizamos, sino sus
"hermanos" pequeños en las manitas de Lucía.
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PREPARACIÓN:
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- Se recolectan las collejas, cortando únicamente los brotes más tiernos de la planta, ya que las partes de abajo, más duras, no se aprovechan y la planta sigue creciendo si la dejamos en tierra.
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- Se recogen los ajos porros que veamos con el tallo más gordito (los pequeñines hay que dejarlos crecer...), ya que lo que vamos a usar es la cabeza y la parte más tierna del tallo.
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Encendimos un estupendo fuego, pero como el día estaba
tan bueno, estuvimos almorzando al solecito.
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- Le damos un hervor a las collejas: aproximadamente un minuto, ya que las hojitas son muy tiernas. Así no pierden su precioso color verde ni sus vitaminas. Se cuelan y se reservan.
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- Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva, lavamos y troceamos los ajos porros, que procedemos a sofreír.
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- Cuando ya están doraditos, añadimos las collejas y damos unas cuantas vueltas para que se mezclen los sabores. Cuando estén listos, se apartan.
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- En un bol batimos los 4 huevos a los que añadiremos los ajos porros y las collejas refritos.
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- En una sartén antiadherente, procedemos a preparar la tortilla. A nosotros nos gusta doradita por fuera y jugosita por dentro. Listos para degustar un plato para tiempos de crisis económica pero no culinaria. Es una auténtica delicia...
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